La práctica de Hatha Yoga enseña una serie de posturas que, en base a la respiración consciente, trabajan el cuerpo y lo modifican haciendo que se expanda en todas direcciones, se fortalezca y se vuelva más flexible. La conciencia de la respiración acompaña a cada movimiento del cuerpo que encuentra una nueva disposición en el espacio: la mente y el cuerpo conforman una unidad de funcionamiento en armonía.

Si enlazamos las posturas de Hatha Yoga encontrando un hilo conductor que nos lleve de una a otra de forma orgánica construimos un vinyasa. Las sesiones de hatha vinyasa son dinámicas y fluidas.

Pueden variar en intensidad y dinamismo pero siempre permiten agrupar a personas de diferentes niveles ya que se ofrecen variaciones de las posturas. Terminan con la relajación completa en savasana y unos momentos de meditación.

A quien van dirigidas:
Estas sesiones las podrán hacer cómodas personas que tengan algo de experiencia, sin embargo, siempre las acompañamos a diferentes niveles ofreciendo variaciones, de modo que si la persona que llega nueva es respetuosa con su momento de práctica, siempre podrá hacer.